El conferenciante fue presentado por Miquel Barceló, director del programa de la UPC School Executive MBI (Master in Business Innovation), que recordó como, hace diez años, desde el gobierno de la Generalitat «se apostó por impulsar políticas públicas que favorecieran la creación de una red de centros tecnológicos de excelencia. El ICFO es una de esas instituciones «. Al frente de este proyecto había Andreu Mas-Colell, en aquellos momentos consejero de Universidades. «Coincidieron en la voluntad de llevar a cabo determinadas políticas científicas con las personas capaces de llevarlas a cabo», añadió Barceló.
Holanda, Israel, Finlandia, Alemania o Suiza son ejemplos de países que han respondido afirmativamente a la pregunta de si querían invertir en una economía basada en la alta tecnología. Otros, con Noruega, han renunciado, debido a las grandes reservas de petróleo y a la riqueza que ello les supone, en el caso concreto de este país báltico. Torner ha dado una larga lista de razones por las que un país puede estar interesado en apostar por I+D+i. «Supone un avance en el conocimiento, la difusión de este conocimiento, mejora la reputación nacional, la defensa y la seguridad, y también hay intereses estratégicos, de desafío social, de fomento de la innovación y de creación de riqueza«. También ha matizado dos creencias ampliamente difundidas y que considera expectativas erróneas: «No es posible crear valor de forma sostenible a partir de la creatividad pero sin conocimiento, y tampoco es fácil copiar cosas difíciles, como mucha gente piensa».
En busca de conocimientos y tecnologías «de frontera»
Una sociedad innovadora ideal debe cumplir determinadas premisas, según Torner. Por un lado, debe disponer de instrumentos de producción, por otra, la innovación te permite disfrutar del fruto del esfuerzo. Una sociedad así «promueve firmemente la iniciativa, y asegura los derechos individuales y colectivos, además, otorga responsabilidades en base a la competencia y el mérito». De este modo, esta sociedad de la excelencia «crea, lidera, desarrolla, adapta y explota conocimientos y tecnologías de frontera». Esta «frontera» estuvo muy presente en todo el discurso de Torner: «Tenemos que saber cuáles son los límites del conocimiento, qué sabemos y qué no, o quiénes son las personas o las instituciones de referencia en determinados ámbitos».
Bajo «el amparo de Mas-Colell», según Torner, alrededor del año 2000 se crearon en Cataluña 40 centros de investigación al más alto nivel. El director del ICFO detalló cuáles son las características que definen la mayoría de estos centros. «Los ingredientes que hacen que sean útiles y sostenibles son, por un lado, una cierta autonomía y gobernanza. También una determinada masa crítica, su flexibilidad y adaptabilidad, así como unos órganos de gobierno responsables».