Miquel Labòria, desarrollador de Apps, community manager y social media, explicaba en la introducción de esta conferencia cuál ha sido el crecimiento exponencial de las redes sociales. Sólo en España, y a modo de ejemplo, hay más de 15 millones de usuarios en Facebook y 2,8 millones de usuarios en Twitter, de los cuales un 44% y un 40%, respectivamente, ya se conectan desde dispositivos móviles. Un dato que muestra el potencial de este sector, y que rebela la pujanza de aplicaciones que se desarrollan exclusivamente para móviles.
Con estos datos de fondo, y pensando en el usuario que lo recibe, Labòria insistía en la idea de presentar productos que, utilizando el potencial de las redes sociales, sean capaces de aportar «contenido exclusivo», único, con ofertas y un tratamiento especial, otorgar «celebridad y usabilidad», así como valor añadido y un punto lúdico para el cliente. Una perspectiva de fondo que hay sobre la experiencia que han gestionado con la marca McDonald’s. Este «caso de éxito» ha incluido una aplicación para la geolocalización de restaurantes y su visualización con realidad aumentada para los sistemas operativos de iOS, Android y Blackberry, y otra que, gracias a Facebook Deals, permitía generarle al cliente una oferta diferente en función del lugar físico donde éste se encontrase en cada momento.
Otras campañas con redes sociales que han tenido un éxito notorio, por su innovación, han sido la campaña por el 30 aniversario de McDonald ‘s, que con el poder de viralidad de Facebook, logró convocar a cientos de personas en Madrid que, ante un cartel con un QR gigante, soplaron las velas con el micro del Iphone o terminal Android. Las personas premiadas lograron un producto de McDonalds de forma gratuita. En otra ocasión, un chico, de forma totalmente espontánea, conjuntamente con sus amigos, se acercó a un McAuto de McDonald’s para hacer su pedido de una forma muy original: adaptando la canción de Beautiful Girls de Sean Kingston con la letra de aquello que querían pedir. Este vídeo se subió a las redes sociales y generó un impacto increíble en muy poco tiempo. McDonald’s aprovechó su éxito para empezar una campaña con este chico como protagonista. Un ejemplo de cómo no todo lo que afecta a una marca puede controlarse en redes sociales, pero sí intentar extraer un impacto positivo.