Alex Ballarín es socio fundador y business agility coach de ITNOVE.com, entidad dedicada a incorporar la agilidad en las organizaciones como palanca para mejorar su competitividad. También es profesional scrum master trainer en Scrum.org y coordinador del Barcelona Scrum Meetup, además del director académico de nuestro posgrado en IT & Business Agility . En esta entrevista nos expone qué es la agilidad organizativa y qué tan importante es desplegarla con éxito en las organizaciones. ¿Qué es y qué no es Agile? ¿Hablamos de metodologías de trabajo, más bien de un cambio cultural en la organización o ambas cosas? Agile requiere ambos cambios, pero es más útil pensar primero qué queremos conseguir con Agile para crear claridad. El objetivo de la agilidad de negocio es mejorar la satisfacción del cliente —interno y externo— mediante una innovación sistemática y constante de los productos y servicios de la organización. El cambio de procesos de trabajo requiere el cambio cultural. Es como la metáfora del iceberg: los procesos, prácticas y herramientas de Agile se ven, pero los valores y principios de las personas, ocultos como la parte sumergida del iceberg, son los que hacen que las maneras de trabajo ágiles funcionen. ¿Qué nos aporta la agilidad organizativa? ¿Por qué es especialmente clave en los procesos de transformación digital en la que muchas empresas están inmersas? La agilidad empresarial proporciona innovación sostenible, mayor rentabilidad de los productos y servicios, y una mayor fidelidad tanto de los clientes como de los colaboradores internos. Hoy en día, mediante los canales digitales es muy fácil cambiar de proveedor. La ventaja competitiva cada vez viene menos del precio y más de satisfacer las expectativas del cliente. Además, digitalizar la interacción con el cliente y no ser ágil organizativamente es como tener autopistas de 5 carriles de entrada a la ciudad y tener calles de 1 carril dentro. Se ha de aprovechar la flexibilidad y potencia de las herramientas digitales con la agilidad interna de la empresa. ¿Se restringe solo a organizaciones de tipo tecnológico o es aplicable a otros sectores? La agilidad se puede aplicar a cualquier tipo de empresa. Se trata de fijarse en lo que necesita el cliente, entregar mejoras frecuentemente y volver a comenzar. De hecho, las empresas pequeñas y poco digitales suelen ser ágiles. Son las empresas medianas y grandes, que han pretendido automatizar y centralizar todos sus procesos las que se han vuelto burocráticas y poco innovadoras. Además, ¿qué empresa es “no tecnológica” hoy en día? ¡Incluso el colmado de la esquina admite pedidos por WhatsApp! ¿Podrías explicarnos algún caso de éxito que consideres especialmente relevante? Todas las empresas de productos digitales globales utilizan la agilidad, como las Big Tech (Amazon, Google, Apple, Meta o Spotify). A nivel español destacan Wallapop, Cabify, TravelPerk, Wallbox, Typeform o Holded. Quizás puedan ser referentes más interesantes empresas españolas que han ganado competitividad a través de sus canales online, como Inditex, HolaLuz, Vueling, ING o Mango. En febrero pondréis en marcha una nueva edición del posgrado en IT & Business Agility. ¿Qué valor diferencial aporta esta formación? Esta formación nació en 2014 para integrar tres ramas de la agilidad, Agile, Lean y DevOps, porque nadie ofrecía algo así en España. Después de 8 ediciones (5 como posgrado) hemos crecido y renovado las clases hasta las últimas tendencias, como la experiencia de producto (UX), producto digital, agilidad empresarial o liderazgo ágil. Quizás lo más valioso son los profesores. Tenemos a autores de reconocimiento mundial como Jeff Gothelf y expertos que han trabajado en las mejores empresas digitales y corporativas de España. Su experiencia vale más que leer 1.000 libros de teoría. Los docentes del posgrado trabajan en empresas punteras como Wallapop, Telefónica, Atrápalo, LIDL, Roche o Beezy. ¿Qué valor aporta contar con su experiencia? El valor es muy alto. No (solamente) explican teoría, sino que presentan su experiencia aplicándola a la “trinchera”. Contamos con jefes de proyecto digitales, agile coaches , diseñadores de experiencia de usuario, product managers digitales o coaches de personas y equipos, coaches de directivos, ingenieros de pruebas e infraestructuras en la nube. Quizás el punto más fuerte de disponer de estas personas es que ayudan a los participantes a aterrizar los conceptos de manera realista y aportando su experiencia en empresas de primer nivel. ¿Cuáles son las metodologías ágiles en las que profundiza el posgrado? En el posgrado dedicamos 16 sesiones a Scrum, Kanban, Lean IT y DevOps. Además, también vemos con menor extensión otras herramientas como Lean UX, OKR, Management 3.0 y Design Sprint. Esta es la primera edición, tras un recorrido de 7 años, que el posgrado se ofrece íntegramente en línea. ¿Qué cambios metodológicos habéis incorporado? Realmente ya tuvimos una edición con ? del posgrado en línea, como imaginarás fue la del 2020 con el COVID. Nos tuvimos que adaptar a la virtualidad de golpe y salió bastante bien. A nivel personal llevo desde 2020 haciendo mis cursos en modo virtual, y hemos evolucionado una metodología específica que tiene un buen resultado pedagógico y además ofrece mucha flexibilidad a los estudiantes. Básicamente, usamos el modelo blended learning donde para cada sesión anticipamos unos videos con las explicaciones y pequeños test de autoevaluación. En las sesiones en vivo nos centramos en hacer ejercicios y dinámicas de trabajo en grupo, facilitadas con herramientas colaborativas como Miro y Mural. Esto permite adaptarse más a la disponibilidad de los usuarios, evitar desplazamientos y facilita conservar todos los resultados de los ejercicios en un único repositorio digital. El posgrado prepara también para obtener el examen de la Certificación PSM 1 de Scrum.org. ¿Hasta qué punto son importantes las certificaciones en este ámbito profesional? El posgrado ofrece la base para certificarse y para aquellos alumnos que quieran optar a la certificación les ofrecemos test de simuladores de examen. Las certificaciones son valoradas en los procesos de selección, porque garantizan unos conocimientos sólidos de la teoría, cosa que no pasa en muchas organizaciones. Pero cuidado, hay muchas certificaciones en el mercado con reconocimientos muy diferentes. Las certificaciones de Scrum.org son las más exigentes y prestigiosas del mercado.